EL NEGRO ALBORNOZ

16.2.08 |

Esta es una entrevista que le hicieron hace un par de años, cuando conducia PULSACIONES. Vale la pena leerla, si sos locutor de alma, como el negro....


sitio web del negro: http://www.luisalbornoz.com.ar/



TELEVISION: ENTREVISTA CON LUIS ALBORNOZ"La vedette es mi voz"Es el conductor de Pulsaciones, el ciclo de preguntas y respuestas de Canal 13. Sin mostrar su rostro, lo reconocen por la voz.


Fernanda IglesiasEl hombre que conduce Pulsaciones se llama Luis Albornoz, tiene 47 años, mide un metro ochenta y pesa cien kilos. Nació en Entre Ríos el 23 de abril de 1956. Está casado en segundas nupcias con Marta —odontóloga—, y tiene cuatro hijos: Manuel (22), Agustín (10), Patricio (9) y Victoria (10).Le dicen "El Negro".


Hay vida detrás de esa voz temida y amable, sobradora y complaciente, maldita y santa.Ya era locutor cuando a los 22 años dejó Victoria, su "pueblo", para instalarse en Buenos Aires: su sueño era trabajar en una radio. Después de estar tres años buscando (mientras trabajaba en una empresa), tuvo su primera oportunidad.


Albornoz se acuerda el día perfectamente. "El 24 de diciembre de 1981, en Radio Antárti da." Lo llamaron para que se quede en Nochebuena anotando datos en el libro del Comfer. Lo hizo contento, aunque no abrió la boca. Recién una semana después pudo decir unas palabras al aire. El 31 de diciembre hizo un reemplazo en Radio El Mundo.


A partir de allí, no paró.Primero fue una suplencia por el verano, pero después llegaron los programas propios y el trabajo junto a "monstruos" como Graciela Mancuso y Juan Alberto Badía. Sin embargo, aunque había logrado su sueño, Albornoz hizo el grueso de su carrera en la publicidad. Le puso su voz a casi 10 mil comerciales y hasta tuvo una agencia propia.¿Cómo reconocerlo? La voz del conejito de Nesquik, por ejemplo, es de su propiedad. También la del elefante de Choco-Crispi y la del gato Silvestre.


Los chicos quizás lo ubiquen por su actual trabajo en Radio Disney. "Desde que muté la voz, a los 14 años, tuve mucha facilidad para caracterizar personajes. Soy barítono, siempre me gustó mi tono de voz, pero ahora es cuando más conforme estoy. Siento que estoy en el mejor momento."Albornoz dudó mucho antes de aceptar ser la voz de Pulsaciones. Cuando se lo propusieron, acababa de salir de una operación de cráneo por un problema en el nervio óptico derecho. "Eso te hace revalorizar otras cosas..."


Y el Negro no es un hombre al que le falte el trabajo. Además de sus cosas en Buenos Aires, es dueño de un canal de cable y de una radio en Victoria, su lugar favorito en el mundo, donde le dicen Mojín. "Finalmente, después de ponerme de acuerdo con los números, acepté. Pero le di dos meses al programa. Cuando vi que le iba bien y que mi voz comenzaba a popularizarse —la gente lo reconoce en la ferretería, por ejemplo— decidí preservar mi imagen. La vedette es mi voz, que sentencia y premia."

Sentado en una oficina de producción, Albornoz habla y habla. A veces con la voz de sus personajes. Dice que se divierte como loco trabajando en Pulsaciones, pero también confiesa que hay cosas que no le gustan.

"Yo quiero hacer más diabluras, pero la producción no me deja. Quiero gozar a los participantes que se hacen los cancheros, por ejemplo." De las tres versiones en las que derivó el ciclo original (ahora hay una con adultos, otra con chicos de 10 a 14 años y una última con famosos), la que más lo divierte es la de los chicos.

"Decirle a un pibe que perdió es bastante cruel, pero creo que le das una alternativa para que vea cómo son las cosas en la vida. Igual, yo los consuelo porque me gusta que se vayan contentos." La de los famosos, en cambio, es la que menos le atrae.

"Están muy en pose y generalmente no necesitan el dinero. El programa, con ellos, no es auténtico. Badía, para mí, fue el más sincero. Karina Mazzocco estaba demasiado nerviosa y Matías Martin se enojó mucho."


Albornoz sabe que él no debe ser el protagonista del programa. "Trato de pensar en eso todo el tiempo, para hablar menos. Y también tengo en claro que no soy amigo de los participantes. Por eso cuando alguno entra y me saluda con confianza, le digo ¿perdón?."

¿Te angustiás si pierden?A veces me alegro. Otras, no. Me dio mucha pena un taxista que llamó a la gente de la base, que lo ayudaba a través de la radio.

Tenía una espina en el pecho cuando le tuve que decir que había perdido.Pero en general sos bastante maldito.Porque yo me tengo que regodear en el dinero que perdieron. Esa es mi función. Por eso cuando dicen ¡qué h de p! siento que mi trabajo está bien hecho.

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