Son simpáticas, locuaces y entusiastas. Hablan de su profesión con fervor, se conocen desde hace mucho tiempo, por haber compartido trabajo en diferentes emisoras, y las tres son recibidas en el ISER. Por decisión unánime deciden no confesar su edad, pero hablan sin ambages sobre esta profesión, que abrazaron por verdadera vocación. Las tres, aunque de muy bajo perfil, son muy reconocidas en el medio. Marcela Giorgi (20 años de profesión)(Radio Mitre) ; Alicia Cuniberti (23 años de trayectoria) se desempeña en "Mónica y César" (Radio del Plata) y por la tarde en Nacional en el ciclo de Myrian Lewin y Claudio Morgado. Valeria Weise (12 de carrera) . Felices con el reencuentro se divierten como locas a la hora de posar en la plaza Las Heras para las fotos. " La locutora hoy -arranca Marcela Giorgi- no es sólo para poner la voz en el aviso, sino que tiene que estar superinformada de todo lo que pasa. Debe saber participar junto a los otros y estar siempre con buena onda porque el equipo se sube a la onda que uno tenga. Alicia Cuniberti: -Es un reconocimiento diario del conductor que te toque. Saber lo que quiere escuchar el conductor, y tirar paredes para que ellos tengan letra durante la mañana. Y por supuesto, tener la lectura de los diarios al día. Valeria Weise: -En la actualidad hay que ser una excelente segunda, una muy buena compañía. Generalmente el conductor proviene de la TV, o de otro ámbito, con lo cual el locutor es el apoyo de lo que es radio. -Esta profesión ha cambiado mucho en la radio, ¿tienen otro rol? MG : -Con los PNT (publicidad no tradicional) no se puede hacer una lectura tradicional, hay que actuarlo. Por eso el anunciante ahora paga más por esas avisos que por los que están en las tandas. AC: - Además hay que hacer participar a algún otro miembro de la mesa, y ahora recurrimos a los humoristas para crear cierto clima. VW: -Desapareció el locutor de turno, ahora sólo hay locutor de programa, pero no existe el que llevaba el libro de transmisión. Nos amoldamos a cada programa y conductor de acuerdo con sus exigencias. AC: -Las mesas son multitudinarias, pero el único que tiene que estar siempre atento es el locutor, que no se puede perder nada. No sólo tenés que saber cuándo hablar, sino también cuándo callar, eso es fundamental. MG: -Callar no solamente al aire, sino las cosas que se dicen fuera de aire... MG: -Magdalena posee muchos años de experiencia en radio. Fueron cambiando sus columnistas, pero ella sigue firme porque es un ser extraordinario y con una inteligencia admirable. -¿Y ahora además despuntando un costado humorístico con imitaciones de la primera dama? MG: -Sí, el año pasado descubrieron que, como soy muy malhumorada, esto podía ser capitalizado y me dijo que era igual a Cristina, así que a partir de ahí comenzamos a grabar este personaje. Ariel Tarico es mi marido de ficción, es decir, Kirchner. AG: -Son dos seres entrañables, que hacen muy grato el trabajo. Me siento muy cómoda porque ellos son periodistas de una trayectoria increíble. VW: -Me tocó con Bilardo en la época del mundial, en un horario altamente competitivo. Bilardo está muy interesado en toda la actualidad, da su opinión y ahí estoy acompañando. VW: -Sí, uno hace muchos turnos, sin horario. Yo empecé en Navidad y Año Nuevo. No existen los feriados, y al comienzo hay que pagar el derecho de piso. Con el que más te ves es con el operador, por eso yo terminé casada con él (Claudio Canullán, operador de Radio Uno, Del Plata y Nacional). AC: -Yo el primer sacrificio que hice fue venir a los 18 años a Buenos Aires, y dejar a mi familia en el sur de la provincia de Santa Fe. Dejás muchas horas de sueño, pero vale la pena. MG: -Todo es tan gratificante que se olvida. Ahora con Magdalena me toca madrugar mucho, pero todo se compensa... "Es la magia de la radio", dicen las tres en la despedida en una sola voz que, por supuesto, suena muy muy profesional. Por Alicia Petti QUIÉN ES QUIÉN
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